Un dia fui dueño de
mis fantasías y mis emociones
y tuve mil sueños
que apenas si mi alma podía retener
Un corazón libre,
soñador y lejos de otras ambiciones
mas allá del norte marcado al
influjo de mis ilusiones
De un futuro limpio con la bendición de un dulce
querer
Al cabo de un tiempo quedó en el camino mi sed de
cariño
cuando entre tropiezos fui hallando el camino hacia
la verdad
Y debí ser hombre aún mucho antes de poder ser niño
e inundó mis ojos la imagen hiriente de cada
exterminio
Cuando armas en mano, nos arrebataron nuestra
libertad.
Y aprendí a los golpes que el mundo real carece de
encanto
y que la avaricia mueve los destinos de la
humanidad.
Mis ojos abiertos vieron tanta muerte, vieron tanto
espanto
dejando en mi alma un sinfín de heridas que hoy me
duelen tanto
forjándome a fuego y creando las bases de mi
identidad.
Mis letras entonces se fueron tornando rabia y
rebeldía
rimada protesta nacida en la cuna de mi
frustración.
Mientras se enfermaba con las injusticias mi alma
cada día
Sin bajar la frente me jugué el honor por lo que
creía
E impregné en mis huesos la humedad y tristeza de
cada prisión.
Y me volví fuerte pero al mismo tiempo me volví sombrío
incapacitado de hallarle a mi vida un pasar mejor.
Perdí entre cuarteles aquel corazón que un día fue
mío
y me quedó a cambio en medio del pecho un hueco
vacío
Tan negro, tan frío e incapaz por siempre de darse
al amor
Los años pasaron, transcurrió la vida y yo no he
cambiado
un inadaptado que oculta fantasmas que nunca se
irán.
Atado por siempre al pie de las ruinas de un negro
pasado
reviviendo en sueños momentos atroces que nunca he
olvidado
y lamiendo heridas tan hondas e infectas, que no
sanarán
Y soy lo que soy , porque sólo eso es lo que ha
quedado
dolor y recuerdos de viejos amigos que ya no están
más.
Mi risa se encuentra en el alma de aquellos que nos
han dejado
y en el sacrificio de tantos anónimos que te han
heredado
esta tierra libre de paz y justicia que hoy
disfrutarás
Algún día tuve todo ese optimismo que hoy a ti te
guía
no siempre fui este hombre que hoy causa tu enojo y
consternación.
Ahórrate el trago de chocar de nuevo con mi
antipatía
yo no soy el hombre que te imaginaste al leer mi
poesía
y te lo aseguro, para ser quien soy, me sobra razón
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