lunes, 7 de abril de 2014

RECUERDOS



Deja la luz apagada
ponle al hogar otro leño
que para llamar al sueño
te contaré un cuento hermoso
de un amor maravilloso 
del que una vez fuera dueño...

Fue hace muchísimos años
cuando en mi pecho latía
un corazón que vivía 
con un ímpetu creciente
y en un mundo diferente
sin engaños ni rencores
quemábamos los ardores
de una pubertad creciente.

Y el amor adolescente
tiene ese especial encanto
que no importa después cuanto
volvamos a ser amados
no habrá amor más recordado
ni que atesoremos tanto.
Porque allí esta el primer llanto
Y la primera emoción
de ese beso en el rincón
de aquella casa materna
a una boca dulce y tierna
que nos robó el corazón.

Inocencia e ilusión
que en la promesa de un beso
con infinito embelezo
abre abanicos de gloria
para pintar una historia
dulce y pura como un rezo......
Pero la vida, no es eso
ni es todo gloria el amor
¡ay! de quien coje la flor
sin ver que esconde ladina
en su tallo las espinas 
para inflingirnos dolor......

Que cada depredador
usa artimañas iguales
las serpientes más letales
visten de vivo color
y es igual en el amor
cuando nos damos confiados
a sentimientos malvados
que sin tener compasión
nos rompen el corazón
dejándonos desolados.....

¿Que si mucho la he amado?
¡más de lo que te imaginas!
aun conservan mis retinas
esa imagen del pasado.
Durante años he llorado
por aquel amor perdido
y aun cuando se lo he pedido 
a Dios incansablemente
arrancarla de mi mente
todavía no he podido.

Será que nunca he tenido
mucha suerte en el querer
o será que esa mujer
llevó consigo al marchar
una voluntad de amar
que jamás ha de volver.

Y, es inútil pretender
que no dolió su partida
porque su amor dejo heridas
que jamás se han de sanar.
Nunca la pude olvidar
y hoy que estoy envejeciendo
me parece estarla viendo
regresar desde el pasado
para sentarse a mi lado
y tomar mi mano sonriendo.

Pero, no todos los sueños
tienen un lindo final
para mi bien o mi mal
otro amor fue al fin su dueño.
No la odio ni la desdeño
y si la encontrara un día
solo le preguntaría
si cree que merecí
que se burlara de mí
cuando tanto la quería.

¡Uff... ya casi ha amanecido!
vete a la cama, mi cielo
que por culpa del abuelo
fíjate que no has dormido.
Déjame el fuego encendido
me quedaré un rato más
y en la soledad quizás
cuando me quede dormido
sueñe ese rostro querido
que fue mi gloria y mi paz.



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