lunes, 7 de abril de 2014

SIN RENCORES


Nos volvimos uno apenas cumplidos nuestros quince años.
Me hice hombre a tu lado y tu a mi cobijo te hiciste mujer
y juntos pasamos por tantas angustias, tantos desengaños
hasta convertirnos en seres oscuros , heridos y huraños
que acabaron solos llorando ese sueño que no pudo ser.

Ese amor infante, nos robó las mieles de la adolescencia.
Nunca disfrutamos de los beneficios de la transición
ni ropas de marca, ni estudios , ni risas, tan solo impotencia.
De niños a padres , todo se hizo lucha, angustia y urgencia
maduramos juntos vestidos de pena y desesperación.

Tu ajuar de los quince , la fotos y el vals que nunca bailaste
se fueron muriendo y minando de a poco, tu buen corazón.
La boda de blanco y la vida perfecta que una vez soñaste
todos los deseos de superación que sacrificaste
cuando entre pañales se te fue perdiendo toda la ilusión.

¿Cómo
podría entonces cargarte la culpa por haber perdido

las ganas de amar, la fe, la ternura y la compasión ?
Si tan caro precio te cobró la vida por haber querido
y tan poca cosa fue ese amor de niño que te había ofrecido
que no logró nunca echar sus raíces en tu corazón.

Por eso un buen día ese amor de niña, se volvió rencores
tus ojos abiertos notaron que amarme fue tu peor error.
Y te diste cuenta de que merecías mañanas mejores
que te confundiste y yo no merecía de ti tus favores.
Y tu amor de pronto fue arrepentimiento, vergüenza y rencor.

Y llegaste a odiarme, de la misma forma que un dìa me quisiste
y todas las culpas de tus frustraciones cayeron en mì.
Y me reclamaste por todos los sueños que por mi perdiste
tan arrepentida de aquel amor niño que una vez me diste
Sin pensar siquiera en todos los sueños que deje por ti.

Que yo como tú también era un niño lleno de ilusiones
que intentó ser hombre para merecerte y honrar ese amor.
Y dejó en ese intento sin rendirse nunca su alma en jirones
y por ser tu sustento le aguantó a la vida mil humillaciones
y vistió tu mesa con su sacrificio vergüenza y sudor.

Mi espalda encorvada construyó ese mundo que tu despreciabas
vistió nuestros hijos , les diò su alimento, sostuvo ese hogar.
Y mi adolescencia moria en cada logro que tu disfrutabas
aunque no alcanzó a colmar las metas a las que aspirabas.
Y nunca entendiste que a esa edad era todo, lo que podía dar

Que pena tàn grande, porque en el balance de esta triste vida
tu amor era el eje de todas mis ansias y mi inspiración.
Ese amor que un dìa se volvió reproche y culpa compartida
y dejó de ser mi sueño y tan solo fue profunda herida
Que fuè desgarrando sin piedad alguna , nuestro corazón.

¿Odiarte? ¡imposible! ¿Cómo odiar aquello que hube amado tanto?
si acaso hoy tan solo me embarga la pena y la desilusión.
Una vez te quise mas allà del limite de mi propio llanto
Y si hoy te recuerdo será con tristeza y con desencanto
Pero odiarte ¡ nunca ¡, no hay para odiarte ninguna razón.

No tuviste culpa ni yo soy culpable y si acaso fallamos
nuestros desatinos y nuestros errores sabrá juzgar Dios.
Un dia fui un niño y tu fuiste una niña y mucho nos amamos
y si en el transcurso de ese amor acaso nos equivocamos
Para bien o mal, la historia vivida fue obra de los dos.

Que Dios te bendiga y tu vida tenga hoy un mejor presente.
Porque te mereces que Dios te conceda la oportunidad
de hallar en tu vida , la paz de un amor que sea diferente.
Que seas tan feliz como yo lo soy con ella actualmente
Porque yo quisiera que halles en tu vida la felicidad.



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