No te lloré ,
quizás porque no había
en mis cuencas
vacías ya más llanto.
Y no te maldije pues no podría
Desdeñar lo que un día amara
tanto
Solo te agradecí, tu compañía
No te juzgué, porque el amor perdona
Sin importar lo duro de la herida
cuando el ansia de amar, nos abandona
es inútil buscar una salida
y tu amor, anidò en otra persona.
Y yo, te sigo amando todavía
Libre de odio, libre de recelo
Con la misma pureza de aquel día
Que decidiste levantar el vuelo
Llevándote contigo mi alegría.
Rezo por ti a mi Dios, cada momento
por tu felicidad, por tu futuro.
Y si algún día casualmente te encuentro
me verás sonreír y ten por seguro
Jamás sabrás cuanto duele por dentro.
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