Detrás de la miseria de ese
cuerpo gastado
bajo
esa espesa barba, sucia y enmarañada
se
esconde la tristeza de un ser desamparado.
Que
no siempre fue así, que ha tenido un pasado
y mil
sueños castrados, que a nadie importan nada
Duerme
bajo el alero de ese local cerrado
sólo
unos diarios viejos lo protegen del frío
Y
pasa indiferente la gente por su lado
mientras
él los observa con su rostro cansado,
resignado
a este mundo, impiadoso
y vacío
Temprano
en la mañana hace su recorrido
hurgando
en la basura, que ha arrojado la gente.
Quizá
encuentre algo, que pueda ser comido
y
pueda dar alivio a su cuerpo desnutrido
que
hace mucho que no tiene un sustento decente
De su
muñeca pende un rosario colgado
que
habla de un pasado, de fe y de devoción.
Esperando
un milagro, que jamás ha llegado,
él
no ha olvidado a Dios, aunque
Dios lo ha olvidado,
y le
reza en el altar de su resignación
Quizá
es que ya sabe que su tiempo en la tierra,
inevitablemente
va llegando al final
y su
fe en elSupremo con confianza se aferra
a la
tibia promesa, que su creencia encierra
de
una paz al cobijo del Padre Celestial
Me
mira y me sonríe, como si en mí intuyera
la
pena que me afecta, al ver su condición.
Y en
ese mirar manso, parece que dijera:
"No
sufras, yo he encontrado la dicha verdadera
muy
lejos de este mundo y de su corrupción"
Quizá,
no está tan loco como cree la gente
quizá,
sólo ha alcanzado un nivel superior
y
lejos de este mundo, codicioso y demente,
libre
de los pecdos, con su alma solamente
él
llegará desnudo a los brazos del Señor.
El
loco del rosario, el viejo vagabundo
del
que todos ignoran su triste condición,
merece
más respeto, que muchos que en el mundo
amasan
sus riquezas con manejos inmundos,
por
eso yo lo llevo, siempre en mi corazón
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